jueves, 29 de diciembre de 2016

Sam Hinkie

Antes de terminar el año me gustaría dirigir una mirada a uno de estos casos curiosos que se dan en el baloncesto profesional norteamericano periódicamente que, de momento, salió rana para la mayoría pero con matices, muchos y diversos, que hacen de él uno de los personajes del año en la NBA para los que, como yo, no se conforman con lo más evidente.

Fuente: The Classical
Sam llega como "General manager" a una franquicia que estrenaba grupo de propietarios comandados por el clásico hombre de negocios hecho a sí mismo que va tan disparado en su carrera profesional que es capaz de anticiparse al pelotazo que la liga va a pegar con su expansión internacional televisiva y quiere hacerlo como siempre lo hizo: desde dentro, y si es desde la cúspide, mejor. El primer año les embriaga con una entrada en play-offs y es el segundo el que les devuelve a la mediocridad de un equipo en clara decadencia desde que en 2001 engancharan a todo el país con un antiheroe de poco más de seis pies de altura y un número 3 en la espalda.

El nuevo propietario Joshua Harris es asesorado por su grupo y juntos deciden que hay que cambiar toda la dirección deportiva de la franquicia porqué quieren ganar, y son convencidos de que para hacerlo deben adelgazar primero y eso es imposible sin la ayuda de un tecnócrata que llevaba aprendiendo a la sombra de un gurú en una de las franquicias más atractivas del panorama moderno, como los Houston Rockets. Es gente que se ha sumado al mundo del baloncesto para innovar y son vistos con recelo por los grandes mastodontes financieros de la liga, pero así es justo como se siente el nuevo grupo inversor y la apuesta parece lógica.

Hinkie tira de manual y durante varias temporadas convierte a los Philadelphia 76ers en campo de experimentación que recluta, mide, tasa y valora el talento joven que se pone a tiro y descarta todo lo demás. Eligen un entrenador australiano que ha aprendido NBA junto a Greg Popovich y se dice que quiere desarrollar a futuro, lo que vivió junto al álamo. Pero como a la mayoría de los innovadores el "stablishment" no le deja concluir su plan, y este pasado verano es apartado de su puesto con 20 kilos menos y una franquicia actualizada que podría lograrlo por fin; ahora que dispone de la mayor flexibilidad económica, un complejo deportivo de entrenamientos de última generación  y toda una ciudad que ama el baloncesto, con uno de los mejores mercados del país listo para consumir su producto.

Sam Hinkie: Pocos fans de sixers te han entendido desde Europa. Yo sí. Y debo decirte: Olé tus huevos, compañero !

Love You all ;)



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