sábado, 10 de diciembre de 2016

Macura "the heart & the soul"

Cerramos trilogía sintiendo que esta es la época por antonomasia de la NCAA basketbolera masculina dónde jóvenes como J.P. Macura son los reales protagonistas de una tarde en un gimnasio gigante con unas toneladas de nieve al exterior de tantos y tantos parajes perdidos de estos Estados Unidos de América que dominan el mundo, casi, como les da la gana.

Fuente: Kansas city star
Es un equipo muy curioso este de Xavier dónde 4 de los 5 mejores jugadores son afroamericanos pero la casta la pone el número 55 que es, no podía ser de otra forma, el típico blanco hijo de su madre que es capaz de cualquier cosa por ganar y, lo mismo le ves esprintando por la banda mientras suelta su manaza sobra la bola naranja mal protegida del atacante, como lanzando un triple librado desde la esquina con menos de un minuto restante en el luminoso sin tocar aro y sin pestañear. Es especial y no sé si le llegarán a pagar oficialmente por jugar a esto pero sé que su entrenador le tendrá en pista está temporada cerca de 40 minutos por partido si no se hace daño, porqué me da que hacer, no se lo van a hacer.

No debe ser fácil viajar a la América profunda en invierno a pabellones repletos de rubias saltarinas y personas sobrealimentadas mirando sus smartphones y sus sandwiches, para jugar al baloncesto contra la élite atlética del centro universitario de turno mientras alguna gente te aconseja en sus horas de trabajo que hagas esto o aquello por tu bien y el de su bolsillo, y si de ahí sale un chico que cobrará del baloncesto Macedonio ya tenemos la ecuación perfecta de nuestro deporte. A no, espera, que me dejaba el mercado incipiente asiático del que hasta un nuevo siete pies nos anuncia su intención de ser el primer indio asiático en jugar en la NBA mientras su país de origen obliga a proyectar en sus cines su himno nacional antes de las películas de verdad. Estoy o ¿estamos hechos un lío?

Reconozco que tengo debilidad por la "Big East" y en cuanto veo un equipo bien plantado de azul marino me dejo llevar por la solidez que mostraban escuadras como los Huskies, Wildcats o Hoyas en la salvaje América profunda y, hoy por hoy, J.P. Macura representa para mi ese misticismo del baloncesto primario que no sabe más que luchar con y contra las normas establecidas porqué somos tan jóvenes que damos asco y podemos con ello.


Love You All ;)


No hay comentarios:

Publicar un comentario