sábado, 17 de diciembre de 2016

El tapado

Debo de reconocer que la mayoría de los viernes que me desplazaba a Segura para ayudar al gran Josean Saiz a desarrollar su "Basketaldia" y me mencionaba nombres de jugadores universitarios americanos que estaban despuntando en sus respectivos equipos mientras resonaban en los más puristas mentideros basketboleros, mi pobre intelecto lo intentaba pero nenunciaba rápidamente a sufrir daños mientras veía a mi cabeza asentir complaciente o fingir caras de reconocimiento expreso. Tan expreso como falso resultaba el conocimiento real que yo tenía de las características de juego de los mismos.

Leyenda: csnphilly.com
Y ahora sí sé que lo puedo reconocer. Porqué antes mis afirmaciones eran, en muchos casos, insuficientes a todas luces al opinar de oídas pero ahora sé lo precioso que ello resulta, y al dejarme llevar por mis instintos más primarios descubro a jugadores que, a buen seguro, serán los mejores a ojos de los suyos pero resultan joyas curiosas para un torpe observador que admira y desea pero nunca cejará en su intento de alcanzar la belleza.

Mikal Bridges es uno de esos jugadores que te encuentras de repente y, sin tener la más remota idea, te enamoran con su juego tan desenfadado como natural y rico y, si bien jamás podré conseguir que sea pagado por su manera de practicar el juego del baloncesto, sí que me gustaría que cuanta más gente mejor, se fijará en su manera de hacerlo porqué yo sé que es especial. Y podrán demostrarme que no llega a lo que yo intuyo pero he de decir que pocas veces he visto a alguien jugar al baloncesto con tanta naturalidad, siendo importante sin llamar la atención. Todo un claro ejemplo de lo que tantos y tantos equipos campeones poseen y reconocen como propiedad exclusiva e intransferible mientras los marchitan en gimnasios de última generación.

Uno puede analizar este deporte hasta su límite y seguirá encontrando jugadores como este que sabes que ha nacido para jugar al baloncesto mientras aguanten las dichosas articulaciones que tanto nos dan la lata aunque comamos lo que nos recomiendan y bebamos lo que nos mandan porqué lo valemos, pero jamás deberíamos olvidar que somos jueces y verdugos de nuestros actos y que en ello reposa nuestra esperanza de futuro feliz porque esto no debería de terminar hasta que nosotros mismos lo decidiéramos.

Love you all ;)))


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