Hoy quiero recuperar la memoria de un grande del basket europeo que a buen seguro será recordado por mi generación. Nació en New Jersey, se formó en Seton Hall y dió la vuelta a la tortilla de sus Celtics maravillosamente empeñados en enseñarnos a jugar baloncesto solidario de altos vuelos instalando en Europa su tiranía del hombre orquesta y el bote de balón.
Fuente: Wikipedia
Evidentemente, eran otros tiempos pero a pocos gustaba jugar en la cancha de su Aris de Salónica de los años 80, con todos mis respetos a la maravillosa afición actual del Partizán de Belgrado, aquellos griegos de negro si que acojonaban y más cuando eran arengados desde pista por Nikos o Panagiotis porqué si este pequeño escolta nos parecía fiero a su lado siempre había 3 ó 4 que lo parecían más y si encima jugaban en tierras helenas la escolta sumaba a miles de incondicionales que veían los partidos de pies y según subía la atmósfera del recinto Galis se hacía más y más gigante para terminar, a menudo, pareciendo el dueño del partido.
No tengo idea de que será de su vida hoy en día pero os prometo que me haría muy feliz poder coincidir en una velada con él porqué alguien que ha tenido la fortuna de vivir una vida como la suya siempre me ayudará a mejorar en la mía. De hecho me encantaría apostarle una cerveza en botellín bien fría en una cancha callejera cercana a su hogar y como nadie me va a impedir que sueñe, hoy soñaré con ello porqué últimamente jugar no puedo.
Así que: Si alguien necesita a un amigo para completar cualquier pachanga basquelbolera que por favor no se olvide de llamarme porqué harán feliz a un pobre viejo que solo quiere seguir soñando hasta que deje de estar aquí.
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