Jamás he interpretado un partido de baloncesto por sus estadísticas pero infinidad de veces me he ayudado de ellas para hacer mi interpretación del mismo. Comparto todas aquellas opiniones que van en la línea del "no enseñan el todo pero pueden ayudar". Así ayer vi un partido para explicar hoy lo que, en mi opinión, es un perfecto ejemplo de como un jugador puede brillar en su estadística particular pero no pasar de ser un mero peón en el discurso del encuentro: No me vale que un jugador tenga una anotación alta y una estadística quasi inmaculada si dicha estadística ha sido inflada en los dos primeros cuartos y en ellos el equipo de este jugador ha sido, en general, peor que su rival. Dicho esto, reconoceré que todo suma pero también resta y que la famosa estadística de +/- de cada jugador mientras permanece en cancha me parece tan potencialmente engañosa como el resto.
Y sí, lo más glorioso siempre me parecerá el último cuarto de una batalla igualada y quién ahí brille siempre será mi héroe, así que jamás criticaré a un jugador por ser valiente cuando su equipo más lo necesita porqué este maravilloso deporte me ha enseñado que es en esos momentos y no en otros cuando estamos más cerca de las estrellas y hasta los suelos tiemblan y el asiento quema, la garganta exala y el temple manda.
Así que, amigos, acordaros de mi cuando veáis el siguiente cuadro numérico que tanto nos gusta a los frikis basketboleros y tratad de hacer siempre vuestra interpretación subjetiva del mismo porqué nadie os debería jamás quitar vuestra corona.
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