Adelanto mis entradas de esta semana ante el apogeo baloncestístico que vivimos en estas fechas en las que se inicia la regular de la NBA, la euroliga disputa dos jornadas intrasemanales, el equipo de mi hijo mayor luce en lo más alto de su clasificación y después de haber disfrutado del regalo que supuso para el baskonismo el partido de ayer en Madrid ante un distinguido Real con un protagonista de lujo como el chaval de 17 años de nombre Luka y apellidado Doncic y después de que lo viéramos emparejado a otro privilegiado de distintas y menores características de juego de origen lituano llamado Tadas y apellidado Sedekerskis.
Fuente: Kiaenzona.com
Pero quiso el destino que otro esloveno de nombre Jaka, apellidado Blazic, amigo de Luka y de Tadas y poseedor de un corazón enorme decidiera el duelo con dos triples que espero sean el anticipo del resto que nos regalará cuando todo pese mucho más, porqué me alegra especialmente que fuera él después de lo sufrido al final del curso pasado cuando una desición "táctica" y "dolorosa" lo dejó fuera del roster de los playoff ACB.
Y es que considero que es de pura justicia poética ensalzar el trabajo que se está haciendo en los países de origen de estos pedazo jugadores de baloncesto en pro de un deporte que necesita ser tan importante en naciones enteras como estas y más, por lo que no seré yo quién discuta la decisión de la FIBA de elegir como sede del Eurobasket 2017 a Lituania e Israel, más cuando todos sabemos que necesitamos su dinero para reforzar la Euroliga y que Europa siga atrayendo también a veteranos norteamericanos que serán seducidos por las ofertas del lejano oriente. Porqué egoistamente deberíamos admitir que queremos seguir disfrutando de partidos con el nivel competitivo del vivido ayer en el Barcleys Center y seguir soñando con que algún día habrá una liga de clubes mundial en la que los nuestros puedan disputar partidos de competición con los mejores de los mejores entre los que veo en no mucho tiempo a Luca.
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