Dice Julen Olaizola que le ha encantado el buen rollo que respira y emana la plantilla de UCAM Murcia y a buen seguro el maestro Quintana tiene mucho que ver en ello porqué es lo que más nos ha regalado desde la pequeña pantalla en su trabajo de comentarista técnico de los partidos de la ACB de la temporada pasada. Pero ayer tocaba Vitoria-Gasteiz.
Foto: ACB Media
A mi entender el buen rollo en el baloncesto lleva a los jugadores a ser más osados, a eliminar miedos y a no ver venir un mercancías a 200 Kms/hora cuando estás encadenado a las vías del tren. Y me explico: Cambia la gestualidad de los jugadores y si hay alguién que ha demostrado ser el lider natural del equipo se le encumbra para que dirija y maneje a su antojo y ese antojo puede ser ofensivo para los que están al otro lado y quizás, y solo quizás, resulte que estos chavales del otro lado no sientan el buen rollo hasta que oigan el bocinazo final y se vean por delante en el luminoso.
No es fácil. Es muy dificil y las emociones dentro del rectángulo son un factor clave que cada participante en el juego debe controlar sin ofender al resto y tratando de ayudar a los miembros de su equipo, lo de ayer en Zurbano sirve como ejemplo de lo que digo.
No me gusta Andrea Bagnani pero ya encontraré otro día para explicarme al respecto. El resto del equipo me apasiona. Creo que son muy buenos y pueden liarla. El tiempo nos dirá.
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