sábado, 25 de febrero de 2017

The NBA trade deadline

Hubo un tiempo en que me encantaba seguir toda la rumorología de los posibles traspasos que acontecían en este mes de Febrero, en el que los "general managers" de los equipos NBA tratan de reajustar sus plantillas, cuando la maquinaría de la competición marcha ya a velocidad de crucero, y no tiene tiempo para pararse a contemplar los daños colaterales que deja a su paso, porqué como decía Freddy Mercury "the show must go on". Hoy no puedo evitar dejar de pensar en como afectará este mercadeo a los jugadores implicados en los movimientos de los equipos, cuando se ven de la noche a la mañana en una empresa distinta, con nuevos sistemas, nuevos compañeros, nuevos jefes, casi todo nuevo. Será por eso que empatizo con Dwyane Wade cuando dice que él solo quiere jugar.

Fuente: ScarecrowGrin
El único movimiento que recuerdo que supuso el empujón necesario para ganar un título, fue el que llevo a Rasheed Wallace a los Pistons de Detroit en el 2004. Parecía que él siempre había estado allí, que no podía haber mejor lugar en el mundo para un jugador displicente, al que el apodo de "bad boy" hacía justicia en cuanto a su comportamiento en pista, con respecto a todo lo que no fuera puro goce estético, de un gigante que sabía jugar como solo lo hacen los que saben que no los van a parar. La gran mayoría del resto de traspasos en Febrero no han supuesto grandes cambios en lo que a la consecución del máximo objetivo final concierne, por lo que tendremos que quedarnos con las oportunidades que suponen las salidas para aquellos segundos espadas, que dispondrán  con ellas de rotaciones que les favorezcan en su afán de promoción dentro de un equipo y una liga en la que manda el dólar. Cada vez más.

Y como uno no puede evitarlo, os animo a pensar por un momento en una persona como Ersan Ilyasova, jugador profesional de baloncesto, supuestamente 29 años (porqué de él ya decían cuando estaba en Barcelona que no se sabía si su edad era real, al haber emigrado desde una ex república soviética hasta Turquía, sin demasiada documentación fidedigna, para hacer carrera como jugador asesorado por su padre), casado y con dos hijos, que en cosa de 6 meses ha pasado de Orlando a Oklahoma, de allí a Philadelphia, para terminar aterrizando en Atlanta esta misma semana. Muchos pensarán que ha tenido suerte por pasar de un equipo sin aspiraciones en la temporada, a otro que debería dar guerra en los "Playoff"; más cuando al finalizar la temporada le tocará renovar un lucrativo contrato, ayudado por el inmejorable escaparate que suponen estos partidos. Pero resulta que él ya llevaba un par de meses dejándose querer en la prensa filadelfiana, afirmando su voluntad de continuidad con un equipo del que se sentía parte y ¡Zas! A Atlanta con un lacito para, de entrada, los próximos 4 meses y con mi consejo de que no se vuelva a hacer ilusiones de continuidad porqué en la liga en la que está, o eres un mastodonte de la competición, o jamás eres dueño de tu destino.

Love You all ;)



No hay comentarios:

Publicar un comentario