domingo, 5 de febrero de 2017

Malos tiempos para la danza de salón

Esta trilogía la cerramos tras ver a Andrea Bagnani reconocer que, hoy por hoy, no puede amasar balón para ser efectivo en el ataque posicional. Dicho acto está solo admitido en los bases botones que eligen los tempos de pase que desarrollan la jugada de ataque deseada por el entrenador de turno, que todo lo analiza hasta la estenuación y que, junto a las cambiantes consideraciones arbitrales de moda, nos han llevado a que ya no sea posible que un jugador interior tenga el tiempo que desea para ejecujar sus letales movimientos de ataque cuando estos son los que le han permitido hacerse un nombre reconocido en su trayectoria pretérita.

Fuente: www.philly.com
El chico de la imagen superior es el mejor ejemplo que encuentro para explicarme, porqué resulta más que evidente que, para que un jugador sea plenamente efectivo necesita rendir en los dos lados de la cancha en el juego del baloncesto, si no hay una organización colectiva grupal que camufle las fallas atrás del que, poseyendo las facultades punitivas del atacante, adolece de la dureza necesaria propia del que defendiendo recibe el impacto sin merma y aprovecha tanto su rapidez de reflejos como sus  facultades atléticas para ponerlas al servicio del equipo "full time".

Y ahora traspasaran a Okafor a Chicago o dónde diantres resulte, y el chico me cerrará la boca con actuaciones que recuerden a glorias pasadas de bailarines de salón gigantes que nos asombraban en el pasado. Pero, nada apunta a ello cuando la realidad nos muestra partido a partido que el éxito de los grandes interiores actuales llega desde su influencia defensiva, rapidez de reacción, muñequita linda, penegraciones felinas y, como mucho, algún tiro de gancho de aquellos que creíamos que se convertirían en el arma ofensiva más al uso.

Hace poco le decía a un amigo entrenador que encontraba a jugadores como Nerlens Noel de segunda linea, al interpretarlos sin el menor talento ofensivo, pero como no dejo de evolucionar, reconozco hoy que el verdadero problema lo tienes con aquellos jugadores que, si no logran su estado de confort ofensivo con el consiguiente rendimiento para el colectivo, parecen atrociar su cuerpo en las cercanías de su propia canasta; cuando no pasan olimpicamente de  defender. Los tiempos cambian inexorablemente y el puesto que más he visto cambiar en mi vida es el de pivot nato ó 5; y, si yo mismo renuncié a jugar así fue porqué provablemente adolecía de la dureza que después, como aficionado, he exigido como expectador.

Así somos y así tenemos lo que tenemos.

Love You all ;)


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