domingo, 12 de febrero de 2017

Cambio generacional

Vamos cerrando la trilogía semanal con las excelentes sensaciones que me llegan desde las nuevas generaciones de jóvenes entrenador@s, sin los que nuestro deporte jamás podría seguir progresando de la manera que la mayoría de nosotr@s deseamos. Algo está cambiando para bien, cuando a menudo la parte discordante de los partidos la ponemos los padres desde la grada o el lateral de las pistas que nos toca visitar para apoyar a nuetr@s hij@s durante estos fines de semana de invierno, en los que, a más de un@ le apetecería más hacer infinidad de otras actividades y, quizás por eso, desentonamos cuando nos vendría mucho mejor apreciar el buen ejemplo que los jugador@s y sus entrenador@s nos transmiten desde la cancha.

Fuente: http://goierri.hitza.eus
Algo está cambiando cuando ves a un joven entrenador llamar la atención a los familiares acompañantes de los jugadores de un equipo infantil, pidiendoles que se calmen y dejen desarrollar su labor a los protagonistas verdaderos del evento. Demostrándonos que conoce perfectamente la naturaleza del mismo y que, de paso, pese a su juventud ya ha aprendido lo que le hace peor y podría perjudicar más a sus adolescentes pupilos. Aquellos tiempos del grito frustrado desde la banda están dejando pasar a personas mejor formadas y educadas que comprenden que no todo vale para lograr la victoria que parecía ser el único motivo de felicitación y reconocimiento en tiempos pretéritos.

Después te enteras de noticias como la del entrenador que pidió recientemente a su afición que no profirieran insultos racistas hacia una jugadora rival a sus aficionados y vas comprendiendo mejor, que los entrenadores actuales tienen mucho de educadores porqué no se quieren quedar en el objetivo único del resultado final de cada encuentro, pues ya  saben que, si así lo hicieran, tarde o temprano, perderían al equipo y se convertirían en meros peones de un sistema que entre tod@s debemos ir cambiando con nuestros actos. Porqué el deporte es maravilloso y mueve nuestras emociones hasta estados de felicidad que se dan cuando ocurre un hecho deseado que anhelamos; pero, nada sabremos, si nos quedamos en el mero anhelo del espectador que además cree poseer un poder ejercido desde la rotunda necedad del ser humano.

Cuando más sabes de un deporte más riesgo tienes de perder la perspectiva global y olvidarte de que vives en un mundo que reclama otra serie de necesidades con urgencia. Parte de la enseñanza que adquiero como adulto me llega desde mis hij@s y sus educadores y hoy en particular, necesito dar las gracias al entrenador de mi hijo mayor que estudia su último curso de magisterio, mientras prepara tantos y tantos cursos que exigen ahora a l@s docentes, se desplaza 69 kilómetros desde donde se forma hasta su pueblo natal para entrenar como jugador y ser el mejor entrenador que yo ni soñé para mi hijo, junto a un amigo que le complementa a la perfección.

Eskerrik asko Oskar eta Aitor. Espero encarecidamente que vuestro ejemplo cale en los que tenemos más edad y juntos podamos cambiar, al menos algo de este imperfecto planeta.

Love You All ;)



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