viernes, 18 de noviembre de 2016

Fabien

El entraña todo lo que para mi es ser un buen profesional pero como además de eso fue el capitán de mi equipo del corazón y jamás le vi un feo detalle, ni oí un comentario despectivo hacia él de los que le conocían, ni leí nada que hiciera sospechar que ahí había gato encerrado, le quiero.

Fuente: cadenaser.com


Sinceramente. He de admitir que cuando escuché lo de sus problemas físicos; sí, aquellos que llevaban a médicos renombrados a recomendarle que dejara la practica deportiva extrema por una cuestión vital, solo pensé en el club y los problemas que ello conllevaba a la maltrecha economía del mismo y no pensé en la persona que había detrás del jugador de baloncesto, pero ahora, afortunadamente, creo que he evolucionado lo suficiente como para ampliar mi panorámica y comprender que lo que este chaval hizo por ese club es infinitamente más de lo que yo jamás soñaré.

Me resultaba hasta gracioso ver como, pese a que tod@s sabíamos que era zurdo-zurdo, él lograba bandejas y medios ganchos con su mano buena una y otra vez y me resultaban hasta burlescas las diagonales que se cascaban SanEme y él arrancando desde bien lejos. Yo lo hago ahora y trato como él de no olvidarme de mi mano tonta y recomiendo a mis amigos que lo hagan porqué lo que hacemos con un lado lo deberíamos repetir con el otro tod@s.

Ayer volvió a su cuidad, esa que ha sido y será para siempre porque allí el guarda amigos de verdad con los que podrá contar mañana. Seguro que saludó a más que a Salazar pero también ahí volvió el club a ganarse mi aplauso por emocionarme con las imágenes de ese reencuentro en los bajos del Buesa. Si nos vamos a americanizar que sea por esas vías y no por las que huelen a plomo. Y Fabien: Vuelve. Vuelve una y mil veces a darnos lecciones de saber estar y a sonreirnos mientras haces malabares con varios balones del tipo que sea.

Que gustazo sentiría si pudiera compartir cancha también contigo!

Love you all ;)

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