Esta semana el jugador transalpino de baloncesto Alessandro Gentile ha sido cortado por el que era su segundo equipo de Euroliga en esta misma temporada. Si uno ya no debe de extrañarse por nada, sí que le impactó este hecho al considerarlo grave para los intereses futuros del díscolo atleta afectado, cuando trabaja en un sector en el que cada vez se consideran más los perfiles personales, a la hora de elegir las contrataciones de los mejores equipos; y dudo que tras los dos cortes de esta temporada, del modo que se han producido, muchas de las puertas que se le habrían de par en par hace no demasiado, se mantengan hoy, si quiera entreabiertas; por lo que bastante más tendrá que demostrar y probar en el futuro para recuperar un "status" al que solo optan unos pocos elegidos.
Fuente: marca.com
Cada día que pasa tengo más claro lo duro y difícil que resulta ser jugador de baloncesto de cobro hoy en día. No es que crea que antes fuera más fácil. Algo nos podría contar sobre ello su padre Ferdinando, con toda una vida dedicada a la practica de este deporte, no carente de éxitos, que le condujeron a la dirección de banquillos tras su retirada como jugador. Sus dos hijos siguen sus pasos hoy en día y el talentoso Alessandro, que apuntaba a lo más alto hace ya unos años para firmar un lucrativo contrato con "Armani Milan", con una de esas clausulas en su contrato denominadas "anti NBA", se encuentra hoy sin equipo y sin posibilidad de jugar competiciones internacionales, ni en la máxima categoría italiana; por lo que ha declarado su intención de entrenarse en solitario hasta el inicio de una nueva campaña. Siendo lo más reseñable las razones que le condujeron a tal termino, porqué si primero fue el severo entrenador croata Repesa el que se cansó de su carácter, después un perfil más politicamente correcto como Xabi Pascual ha terminado del mismo modo, dejando de paso frases en prensa de las que no ayudan.
A mi todo esto me lleva a reafirmarme en la imagen que hoy tengo de estos equipos de élite, en los que todo se me antoja cada vez más controlado y dónde los talentos individuales deben de cumplir con todo un protocolo de comportamientos y hábitos previstos, que necesitarían de toda una enciclopedia ilustrada para sernos expuestos en su totalidad. Alessandro es hoy así un tipo de jugador que necesita de unas circunstancias de juego muy particulares para plasmar todo su potencial, al que le está costando más de la cuenta adecuarse a los roles que para él tenían predefinidos los entrenadores citados anteriormente. Todo lo contrario de lo que me demuestra alguien como Chase Budinger cuando llega a Baskonia y demuestra que entiende a la perfección de que va esto. No sé si lo acontecido esta temporada marcará el futuro de Gentile como un nuevo jugador deseoso de encajar en el proyecto que se le ofrezca, descartando preferencias personales que le han podido lastar en el pasado; pero sí sé, que si no lo hace tendrá que seguir trabajándose un camino que aun resulta más difícil, cuando no de incierto futuro, que seguiré con atención por eso mismo.
Muchos somos los aborregados de mi generación. Que los jóvenes intenten labrarse su futuro diciendo no a tantos usos y costumbres, no debería escandalizarnos y siempre deberíamos concederles cuando menos, el beneficio de la duda. Alessandro tiene el mío. El futuro dirá.
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