viernes, 12 de agosto de 2016

Abdul Jeelani

Me gustaría cerrar está mi primera trilogía de  entradas en el blog con un personaje muy especial para mí: Abdul Qadir Jeelani, anteriormente conocido como Gary Cole.

Yo lo ví mimar la pelota naranja en plena adolescencia en el Polideportivo Josean Gasca de Donostia y como muchos otros niños/adolescentes europeos me enamoré de él. Jugaba con un rocoso compañero interior del que gustaban acompañarle los que apreciaban su clase pero en una tierra como la vasca dónde se idolatra la entrega y el trabajo los flashes eran para él.


Vida es vida y Abdul lo supo demasiado tarde, por el camino mucho talento natural para el baloncesto pero demasiadas malas decisiones, gente buena como Simoni Santi nos lo cuentan en su libro y nada mejorará ya la vida de nuestro héroe de hoy y nosotr@s estamos obligamos a aprender de ella. En Europa ciudades grandes, medianas y pequeñas tuvieron la oportunidad de gozar con él y en su USA natal se lo perdieron para ganarlo después el África de su alma.

He leído que le quieren construir una estatua en su ciudad natal y no soy amigo de estas, más el que lo desee puede colaborar con sus familiares cercanos, Simoni está desarrollando una tarea titánica que quiere llegar mucho más allá y le sigue homenageando jugando al baloncesto con pantalón negro, camisa blanca y zapatos de oficinista: Eso es amor y verlo hacerlo junto á 9 jóvenes subsaharionos nos provoca la obligación moral de ayudar como podamos y si es jugando al baloncesto mucho mejor porqué el ejemplo que Abdul nos ha querido regalar es este:






Y su magia la podremos apreciar en cualquier grabación de su juego. No necesito drogas para flipar y flipo con el talento de los supernaturales del baloncesto. Mi admirado Juan Carlos Garnica nos dijo una vez que Kevin Durant lo erá cuando en España muy pocos lo habían visto jugar y yo sé que sentí lo mismo aquella tarde lejana en el Gasca.

Goian bego.

Love You all ;)

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