domingo, 7 de mayo de 2017

La robotización

Ahora que vivimos tiempos de inquietud, por la amenaza que algun@s sienten proveniente de la incisiva robotización de los procesos productivos industriales, yo no puedo evitar sentir que se da un proceso similar con el juego del baloncesto en sus máximos niveles, cuando lo observo y analizo, pese a que soy consciente de que la magia de las personas no permitirá que esto sea así. Espero no ser un iluso, porqué me da que el conocimiento del juego está llevando a que todo lo que interviene en el desarrollo de un partido de baloncesto se intenta controlar de tal modo, que cada vez se deja menos espacio para la improvisación y esta está tan cara que queda vetada para much@s jugador@s.

Fuente: www.istockphoto.com
 Al principio de las temporadas, con tanto cambio de entrenador@ y jugador@s, la libre interpretación nos muestra otra cara del juego, pero entonces much@s dicen que esos equipos están sin pulir y necesitan el tiempo que nos traerá  a l@s mejores por estas fechas en las que estamos, en las que podemos observar el fenómeno del que os escribo. Vasta con observar la actitud de los veteranos líderes de los equipos NBA en pista, corrigiendo los errores de interpretación de compañeros, reposicionando, dirigiendo, en definitiva cuenta, a teóricos compañeros que quedarán fuera, si no cumplen con una encomienda para la que han sido elegidos, porqué en ellos han visto características que se cumplen para tales propósitos.

No quiero criticar, quiero llamar la atención sobre ello, porqué no me parece tan distinto el juego que se desarrolla a ambos lados del Atlántico, cuando los entrenadores son compartidos y ya se han aplicado en todos los equipos aquellas metodologías de éxito reconocidas. Disfruto y disfrutaré del baloncesto tanto como pueda, pero seguiré deseando que los partidos me sorprendan y planteen novedades que no provengan de las interpretaciones arbitrales al uso, que parecen ser las que más juego dan a la hora de que nos explayemos sobre los hechos acontecidos sobre la cancha.

Recuerdo las declaraciones del pobre Lamar Odom ironizando con el libro de jugadas de Sergio Scariolo, que este le entrega en su llegada a Vitoria-Gasteiz, con el fin de que se vaya familiarizando con su realidad. Algo así es a lo que se enfrenta cualquiera que llega a estas alturas a un equipo nuevo, para apuntalar un proyecto en el que encontrará similares interpretaciones del juego que ha venido practicando a lo largo de su carrera, pero con distintos protagonistas y circunstancias paralelas vitales, que complicarán al máximo su adaptación. Bendita complicación esa, en la que encuentro la subjetividad de las personas que me hace seguir queriendo disfrutar hoy de más partidos, al margen de la incertidumbre por el marcador final que tanto nos atrae y ciega.

Love You all ;)


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