sábado, 20 de mayo de 2017

Déjà vu

Pasan los años, las temporadas, y en este torbellino cambiante que es el mundo moderno aún hay infinitas cosas que perduran porqué fueron ideadas para el éxito seguro. En lo que respecta al baloncesto europeo de clubes, desde que la igualdad se instalo entre un puñado de equipos capaces de llegar a lo más alto, y los títulos se deciden en torneos finales a partido único, gana el que lleva la defensa más al límite. Para el recuerdo quedarán las estrellas de los equipos ganadores que fueron capaces de tomar responsabilidades en ataque, con éxito, cuando más quemaba la bola, pero nada de esto hubiera sido posible sin cumplirse la premisa que indicaba con anterioridad. Algunos (los perdedores) opinarán que esas defensa exceden los límites de la legalidad, y otros (los vencedores) se vanagloriaran de su excelencia; y, si queremos entender lo que pasa, debemos haber arbitrado nosotros antes, porqué si resulta muy fácil pitar cuando hay poco contacto: ¿Que ocurre cuando el contacto es continuo y de alta intensidad?

Fuente: www.elmundo.es
Hoy en día los equipos más poderosos del baloncesto europeo disfrutan de plantillas extensas con atletas de élite capaces de imponer unas ejecuciones de juego excelsas a ritmos muy altos, pero es verdaderamente diferencial cuando lo hacen en facetas defensivas en partidos a vida o muerte, como los vividos ayer en Final Four de la Euroliga en Estambul. Prepara lo que quieras, que cuando un equipo de Obradovic muerde como él lo exige, tan solo te puede salvar la excelencia y liderazgo de líderes superlativos o seres que se sientan tan especiales que puedan abstraerse cuando la tensión es máxima en su entorno. Ayer hasta mitos como Teodosic mordieron el polvo ante el empuje multiplicado de un equipo que lo suele practicar con asiduidad a lo lago de la temporada. Todos los que seguimos la Euroliga sabemos de la que es capaz de liar Olympiacos desde atrás, pero cuando es capaz de ejecutar su máxima expresión como en la segunda parte de ayer, hasta la genialidad del eterno Spaniulis queda relativizada en mi interior. Supongo que tanto y tanto partido extremo ante su rival local les prepara para ello, pero no miento cuando digo que si encuentro una camiseta que ejerce un efecto transformador en el que la viste, esa es la roja y blanca del equipo del pireo. Preguntadle sino a Papanicolau.

Después, te levantas de la cama, ves a los Cleveland Cavaliers de Lebron James llevar la ejecución del juego hasta un límite en el que se quedan sin parangón y comprendes que sí, que aquello es diferente y tremendamente espectacular a un tiempo, y es que cada cual es como es y así debería de seguir siendo, pero no olvideis lo que decía el bueno de Romay hace un par de días en  mi pueblo: Los clubes de base, como BKL son la razón de ser del baloncesto. Formar personas. A mi todavía me tienen que formar un rato, pero intentaré aportar en el futuro todo lo que pueda a un club como el de mi pueblo, que ayer celebraba la gala de su 50 aniversario como homenaje de tantos y más que lo han hecho posible. Debemos esforzarnos en que sean otros tantos, con la esperanza de que el baloncesto, mientras, se unifique.

Zorionak BKL! Segi aurrera!

Love You all ;)


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