En un verano en el que fidedignamente much@s quieren olvidan la crisis que ha machacado el baloncesto y remontar el vuelo con la esperanza de que la propia máxima competición devuelva ingresos que permitan la pervivencia de proyectos excesivos, me veo moralmente obligado a recordar que lo único que sustenta el poderío del pasado es el deporte base, sin el que ni siquiera el patrocinio del fútbol o el mecenazgo interesado podrían alcanzar más allá del humo que nos ahoga. Entiendo lo emocionante que resulta asistir a un evento bien organizado porqué lo he experimentado en distintas ocasiones, si a eso le sumamos la dimensión que parece adquirir todo con cifras monetarias que la mayoría de mortales solo cree que comprende, tenemos el caldo de cultivo ideal para enredarnos en circunloquios infinitos, pero hoy me toca hacer de abogado del diablo para recordar lo fundamental: Sin una base deportiva-participativa sólida el castillo se cae en un abrir y cerrar de ojos.
Con 45 años tengo clarísimo que el deporte para mi debe ser fuente de salud y diversión, descarto cualquier tipo de competición que amenace mi renqueante estabilidad y animo a los que me rodean a hacer lo propio, porqué si vamos sobrados de la misma en nuestros respectivos trabajos de cobro, entiendo que necesitamos compensar por ahí. Cualquier experto en la materia os explicará, mejor que yo, que el deporte de máxima competición es insano y se debe realizar con mucho método y control, por lo que necesito proclamar la necesidad de apoyar cada uno desde nuestro metro cuadrado al deporte de base para que, de verdad, tengamos un futuro mejor. Dentro de muchos de nosotros hay un crítico frustrado que acaba creándose su Pangea particular en forma de lo que se nos antoje, pero quiero recomendaros un baño de realidad que os devuelva a la tierra: Necesitamos reflotar el voluntariado en el deporte como forma de vida.
Todo ha cambiado tanto desde que yo empecé a conocer este deporte que lo único que sé con franqueza es que nadie que ha intentado ayudar merece ser criticado y, hoy por hoy, mis héroes del deporte son los que, teniendo más a mano, me demuestran como se puede realizar el milagro del mantenimiento a flote de cualquier club de base. Todos queremos apuntarnos a la fiesta, pero muchos desconocen el trabajo que hay detrás. Pocas cosas más honestas se pueden regalar a una sociedad plagada de contradiciones que, sin repudiar a las millonarias estrellas de la élite, debería reconocer como verdaderos héroes a todos aquellos que, desde el voluntariado, mantienen vivas las tradiciones y el amor por el deporte de verdad.
Probablemente sería más difícil reclutar deportistas sin el brillo de la alta competición, pero cada vez dudo más del ejemplo que estamos transmitiendo y tengo claro que debemos de tratar de reenfocar con un trabajo de base por y para el pueblo. Soy un flipau y he flipau mucho a lo largo de mi vida, pero si muchas estrellas norteamericanas del baloncesto entienden la importancia de devolver a sus orígenes parte de lo ganado para que el deporte se mantenga como camino a seguir, donde no tenemos esa suerte estamos llamados a apechugar y echar una mano allí dónde podamos, porqué el futuro es nuestro.
Con tanto bombazo veraniego en forma de hilarantes contratos y juegos de salón entre clubes necesitados de dar un paso más para no perder el pulso a un mercado en ebullición, algunos podríamos temer que los agoreros pronósticos de perdida de calidad competitiva por fugas de talentos pudieran precipitarse en nuestra preciada Euroliga, y afectar así a la calidad competitiva de la misma. Pero, olvidaríamos así un pasado en el que infinidad de clubes, cuando no competiciones enteras, han tenido que adaptarse a circunstancias similares para descubrirnos durante la posterior temporada nuevos talentos, junto a la evolución propia de otros jugadores que, al tener mayor protagonismo en los quehaceres del equipo, demuestran hechuras competitivas que la mayoría no intuía.
Es algo tan sencillo y complejo a la vez como la propia evolución de la vida. Si un equipo de la NBA pierde por lesión o traspasos a varios componentes de la plantilla, las estadísticas de otros se inflan para engañar a los que solo se fían de ellas e incluso para dar argumentos a agentes de jugadores que además, en ocasiones, lograrán ese tipo de contrato que hipotecará las aspiraciones de la franquicia que pique. Yo leo estadísticas interesadas del periodismo estadounidense que vive de la NBA, que me provocan la risa. Si elegimos a los típicos que cubren la actualidad de una franquicia cualquiera, sabremos con mucha antelación cuales son los jugadores ofrecidos a la misma, gracias a las loas proferidas al susodicho por nuestro trencilla y así logramos ir atemperando a las huestes de las redes sociales, y hasta parece que ofrecer un contrato de 80 milones a alguien como Robert Covington es lo normal.
Euskadi is different, aunque cada vez menos. Afortunadamente quedan reductos como el Baskonia y su prensa local, con unas ruedas de prensa que extrañaban a David Blatt cuando comentaba con los colegas de prensa madrileños que no comprendía como allí se alargaran tanto las ruedas de prensa, mientras en Gasteiz apenas recibía interpelaciones. Yo creo que esto es porqué el club sabe que cuanto más se hable de algo, más difícil será para ellos conseguirlo al precio adecuado y también porqué la propia prensa sabe que cualquier club que quiera competir en la Euroliga debe de preguntar por todo lo que se ofrezca a lo largo del año. Con lo que siempre se llevarán sorpresas, como la última jugada planteada por el club con la ejecución del derecho de tanteo que ofrece la liga ACB, sobre las ofertas planteadas por el F.C. Barcelona a dos de sus jugadores inscritos en el mismo. Y es que si quieres ser alguien en un mercado pequeño, nada te sobra y estás obligado a llevar las posibilidades que te dan las normas hasta el límite, provocando así cambios en las mismas. No iba a ser siempre todo igual. ¿Verdad?
Falta mucho aún para conocer las plantillas que conformaran los equipos Euroliga de la temporada próxima, pero que nadie dude de que nos seguirá encantando descubrir nuevas figuras como lo fueron Larkin o Voightman, y de que cuantas más plazas de máximo nivel haya, más serán los protagonistas que iremos descubriendo con la propia competición, porqué los medios y métodos de trabajo de los que disponemos hoy permiten producir atletas de una dimensión evolutiva que no deja de sorprenderme. Los aficionados debemos agradecerlo porqué es parte de la clave de nuestro compromiso para con la competición. No sé lo que se nos ofrecerá, pero seguro que mola ;))) Love You All ;)))
Antes de que este mundo que gira nos maree demasiado nos debemos agarrar, en parte, a aquello que creemos conocer para no perder la perspectiva. Cada vez está más claro que el globo de China no se desinfla, y ya varios ilustres veteranos pujantes en Euroliga marchan atraídos por un calendario más acorde a sus maltrechos cuerpos y unos dólares que ayudarán a encarar con mejor temple su próxima juvilación anticipada de los excesos deportivos. Sin duda, va a ser interesante seguir la progresión de una liga auspiciada por estadounidenses que siguen llevándonos la delantera lo suficiente, para considerarse primera potencia mundial. Lo lamentable es el mundo que nos están dejando, con lo que dudo del recorrido que puede tener la liga CBA, mientras no mejore el nivel medio del baloncesto local y no consigan situar a sus estrellas locales entre los mayores reclamos de la competición.
Fuente: www.gigantes.com
El mercadeo actual de sitúa en Las Vegas, donde se disputa una liga de verano NBA en la que los equipos participantes cada vez tienen más que ver con el desarrollo de jugadores vinculados a las propias franquicias inscritas en la competición, y menos huecos dejan para aquellos agentes libres que la eligen como escaparate en edades avanzadas. Son más los medios aportados por las estructuras NBA, y hasta podemos ya apreciar discursos antagónicos entre futuros candidatos al estrellato, cuando el último número uno del drafft pide ser criticado y exigido al máximo, mientras el padre del número dos habla de emparejar a su hijo con Lebron James. Todo el mundo debería de entender que un jugador que no ha competido cinco contra cinto en varios meses necesita adaptarse a un ritmo de competición que siempre se intensifica cuando hay una oficialidad de por medio.
Mientras, en el mundo del aficionado baskonista parece que siempre toca ser paciente, el problema es que esta temporada la banca NBA se ha disparado y la liga del sol naciente mira, cada vez más, a la Euroliga para mejorar su nivel competitivo, con lo que nos queda la obligación de volver a reinvertarnos con nuevos descubrimientos, que se acoplen a un cuerpo técnico que deberá ir a la una para poder aspirar a unos títulos cada vez enfrentados a los otorgados por una FIBA que quería urgar en lo más alto para traer al orden a los insurrectos que desafían el basket mundial, y a los que aspiran a volar solos. Afortunadamente la Euroliga ha seguido los pasos de la NBA, y no permitirá a sus jugadores que compitan en las "ventanas FIBA" que aspiraban a reventar el calendario de la liga que debe tirar del carro de todo el baloncesto europeo, más cuando pierdes a clásicos competidores como Milos Teodosic que se marcha a los Clippers de Rivers, por bastante menos de lo que decíamos por aquí. Y es que un rookie es un rookie tenga 18 o 40 tacos, y los yankis están echando la casa por la ventana por aquello que conocen de primera mano, tontos nos son.
Ya estamos a 1 de Julio. Se abre la veda del mercado de agentes libres de NBA y con ello el escenario mundial de nuestro deporte favorito se va transformando día a día, porqué una pieza que se mueve en las alturas remueve la totalidad de la oferta global. Al revés de lo que ocurriría en un mundo mejor, en el que sería la modificación de las bases la que debería influir a la cúspide. Pero somos meros aficionados y necesitamos disfrutar con ello, por lo que haremos como toda la vida y trataremos de imaginar como funcionarán las distintas nuevas composiciones de plantilla que es, además de lo más sano, lo más divertido.
Fuente: www.slcdunk.com
Soy de los que desde siempre ha sido fan de un equipo por competición que seguía, y es en esta época del año cuando uno le saca más rendimiento a su condición con las ensoñaciones que se producen con tanto corte y confección. Me enseñaba un amigo que las dos primeras horas del día son las más creativas y otro me enseño ayer que no es tan bueno hacer deporte en ayunas, con lo que despertarte hoy y echar un vistazo a los movimientos de ayer te da para horas y horas de puro vicio escapista. Ya sé que no es lo más ético, pero la carne es débil y uno necesita también de esto, más cuando con ello sabes que podrás compartir charlas y coloquios varios aquí y allá con el resto de frikis como tú, que viven estas jornadas elucubrando causas y efectos de tal fiebre veraniega.
Desde que nacemos sabemos que lo que más nos gusta es jugar y como ello veo estas reflexiones colectivas sobre traspasos, cortes y fichajes de jugadores conocidos en mayor y menor medida. De repente tienes a Harden y Paul juntos y comprendes mejor hacía donde se dirige la NBA deportivamente, sabes que hay un reinado absolutista que destronar y observas como el resto de contendientes intentará asaltar la atalaya del rey Midas Curry y sus amigos del equipo de la bahía. Por supuesto que cada vez necesitas más estructuras de equipo polivalentes con jugadores que aporten a ambos lados de la pista, pero si se mantienen sanos será difícil que muchos más logren igualar su ritmo de juego en Playoff. Queda verano y el resto de aspirantes se irá nutriendo de nuevas piezas en busca de esa ansiada "química de equipo" que permita dar con el nivel competitivo deseado por cada cual. Siempre llegarán sorpresas inesperadas, pero todo empieza por hacer los deberes en la época estival.
Espero que las alternativas lleguen desde distintos conceptos de juego que se puedan enfrentar al que hoy parece inalcanzable rival. La moda es pasajera y el tiempo nos dirá hasta dónde llegan estos dominadores de la escena actual. Mientras tanto, disfrutaremos viendo como el resto intenta montar equipos con las mordazas de los límites salariales y las negociaciones de los mismos. Afortunadamente, si alguien necesita ayuda siempre podrá recurrir a los clásicos knickerbockers. Esto acaba de empezar y pinta muy bien :)))
