Uno es cada vez más fan del deporte base y menos del de cobro, por lo que percibe de uno y de otro. Creo que las nuevas generaciones que practican el baloncesto son infinitamente mejores que lo que era la nuestra, en cuanto a su comportamiento en cancha y debemos incidir en la responsabilidad que tenemos l@s familiares que asistimos como espectadores para seguir un camino que nos depare un futuro mejor. Porqué, al otro lado de la balanza, no tengo tan claro que el nuevo convenio salarial de la NBA lo sea, leyendo lo que puede pasar este verano con los nuevos contratos que empiecen a firmarse con las bases de un convenio que va a incidir en las cada vez más lamentables diferencias de este planeta, y mira que uno sabe de lo importante que resulta diferenciar hechos, tareas y cualquier vivencia que queramos analizar con una mínima coherencia, pero ver que al fin, en la cúspide del universo baloncestísta, se busque algo tan distinto a lo que buscamos en las bases, me resulta difícil de digerir. Ayer me decían viendo una exhibición de artes marciales que habían abandonado su práctica por la robotización que sentían con su practica. Sé que en el baloncesto eso es más complicado pero, por favor: No sigamos intentandolo poniendo como fin el pelotazo a la banca que van a pegar muchos este verano al otro lado del charco menguante que nos separa de l@s dueñ@s del mudo.
Fuente: www.usatoday.com
Ya os habréis dado cuenta que soy poco indicado par dar consejos según los principios imperantes en este mundo atroz, pero es que creo que este planeta que idolatra al multimillonario que llega desde abajo gracias a sus habilidades deportivas, pero odia al que lleva ahí instalado desde antaño por otro tipo de habilidades, tiene un grabe problema de autoestima y reconocimiento de un@ mism@. Tengo claro que terminar pagando 40 millones por temporada por un jugador, de los que selecciona el nuevo convenio como valedores de dichas sumas, va a suponer más tensiones dentro de su mismo colectivo de atletas y satélites varios que se dedican a negociar este tipo de acuerdos. Porqué, si dentro de sus propias reglas, nadie podía discutir retribuciones y emonumentos varios recibidos por empresas privadas que explotaban un producto que vendía por si mismo, más que la propia marca que la hizo crecer antaño hasta niveles insospechables, ahora hay mucho protagonista que es humano pero no sé si lo sabe, que va a querer chupar.Y no me refiero a gente como Stephen Jackson que no engañaban a tod@s, y que siguen sin hacerlo, porque sabemos que el escandalo de los jugadores drogados jugando que quiere vender hoy, es simplemente imposible. Como sabemos que los peores suelen ser, generalmente, los que menos parecen.
El juego en sí cambia, pero no tanto como lo hace este mundo en el que vivimos. Cada vez los jugador@s se alejan más del aro para propiciar el suficiente espacio que permita explotar la capacidad atlética de l@s que lo practican. Genial. Ojalá los jugadores de la NBA que se convierten en empresas entiendan también que son personas y haya manera de controlar unos egos con ingresos de dioses por parte de la propia liga que los acoja. Seguiremos esforzándonos en ver solo baloncesto. Ojalá podamos :)
Parece que en esta sociedad del individualismo atroz no nos sirve con enfatizar a dicho individuo, y en el universo del baloncesto necesitamos vender cada competición como única e inimitable. En una semana en la que he visto muchos partidos de los Play-Off NBA, y los del Baskonia del Play-Off de Euroliga, me ha quedado claro cual es la razón fundamental para que ambas competiciones no se puedan comparar: Los criterios de aplicación de las normas de arbitraje.
Fuente: apuestasbaloncesto.com.es
Creo que he dejado claro en entradas anteriores que no voy a criticar arbitrajes el resto de mi vida, pero hay algo que está muy por encima de los colegiados de cobro que encaran cada partido de alta competición con excesivo protagonismo, cuando al espectador neutral no le queda manera de comparar criterios de arbitraje entre un partido de la máxima competición americana y europea, si no demuestra un poder de evasión supranatural antes, y pasa de todo lo que le chirría, para su felicidad. No sé como se consigue eso sin echar mano de la química tradicional, supongo que es porqué directamente soy un capullo con demasiado que aprender y poco que enseñar; pero, baloncesto he visto mucho, y a mi no me engañan más: Quieren vender un producto diferente, con valores distintos sobre la aplicación de las normas en la pista ,y el resultado es algo así como que si juegas en la NBA debes de estar dispuesto a que solo se considere faltas x criterios, y si lo haces en la Euroliga esta temporada, debes de aceptar que es falta x por 100, porqué la temporada pasada, sin ir más lejos, el arbitraje Euroliga parecía querer imitar al americano, pero está claro que, ahora que hemos montado nuestro chiringuito propio, con la selección previa de los equipos que más venden, vamos a dar un volantazo y nos vamos a diferenciar de la NBA tanto como podamos, por mucho que los modos de entrenamiento y desarrollo de partidos sean conducidos por entrenadores que comparten información y métodos, para desarollar una profesión global.
No sé como acabará el desarrollo de la liga profesional china, pero me postulo para tratar de que el/la chin@ que se introduzca en estos tiempos en el seguimiento de la NBA y la Euroliga no nos mande a la porra, ahora que queda tan claro que los norteamericanos saben producir y vender esto del basket mucho mejor que nosotros, porqué pese a que creamos que les podemos enseñar algo en este deporte que inventaron ellos, jamás será por la aplicación de los criterios arbitrales. Desengañemonos, son maestros en dirigir y distribuir la película del partido: Hay buenos y malos, pero cuando saltan a la pista deben de hacerlo con todo, para contentar al espectador, que es el que mantiene encendida la llama. ¿Queremos jugar sin esponermos? No nos movamos de nuestras butacas. ¿Queremos jugar para vivir? Hagamoslo de manera desinteresada porqué para ser tan buen@s chic@s como los protagonistas de las ligas que comento hoy, hay que estar muy bien aleccionado desde mucho tiempo atrás.
Ánimo para tod@s aquellos amateurs que sigan dándonos lecciones de profesionalidad en el mundo del baloncesto. Sois l@s verdader@s héroes y heroínas de esto. Lo otro, no deja de ser un sueño. El que hemos creado para flipe colectivo que nos abstraiga de una realidad enferma que pide a gritos cambios por todos sus poros. Esperemos que l@s que vienen por detrás nos den una lección maestra y consigan dar con la tecla de la unidad de criterios. Hoy por hoy, la NBA y la Euroliga están demasiado lejos para que se puedan valorar con equidad.
Soy de los que, desde que comenzó a seguir temporadas completas de NBA, distinguía dos competiciones perfectamente distintas la una de la otra; cuando, al finalizar la fase regular, se transformaba en la competición que realmente me cautivaba, como sospecho lo hacía para el grueso del público estadounidense, y mostraba su cara más extrema, dónde ya nada se debía guardar y el ganador llegaría por méritos propios y la gracia divina concedidas por la milagrosa ausencia de fatalidades varias, o gracias a ellas. Porqué es tal la dureza que yo observaba en aquellos partidos, en los que siempre se deja un poco más, que ahora sé lo azaroso que resulta pronostico alguno, para la proclamación del campeón de esta temporada 16-17. Ninguno de los protagonistas que los están disputando quiere perder y van a darlo todo para avanzar en un sueño en el que se saben el centro del universo baloncestístico.
Fuente: Sopitas.com
Los playoffs de la NBA son la culminación de un proceso de crecimiento de unos equipos que lo miden todo para llegar a este momento de la temporada en su mejor estado, algunos lo consiguen y dan un rendimiento muy superior a la media de la temporada para protagonizar sorpresas que alegran a los que queremos que todo cambie, y otros (los consolidados) mantienen y modelan su eficiencia para demostrarnos la importancia del tiempo en la consecución del éxito sereno. Si es tan habitual que nos decepcionen partidos de la temporada regular, aquí ocurre todo lo contrario y es realmente complicado sentirse defraudado con cualquiera de sus encuentros cuando los vemos encuadrados en la totalidad de cada serie, porqué si elegimos cualquier cruce para su análisis exhaustivo, veremos infinidad de matices que se darán únicamente allí, y ahora que se busca tanto el jugador prototipo que todo lo abarca, incluso más. Porqué me resulta evidente que, si hacia algún lugar se dirige la más popular competición del baloncesto mundial, es allí donde tenga el máximo número de jugadores comodín que sean capaces de defender en el máximo de posiciones posibles, sin que se resienta la estructura defensiva colectiva. Para el ataque se necesita talento y allí lo tienen a raudales, por lo que incluso equipos que jueguen feo podrán producir sin necesidad de desplegar el juego colectivo brillante de otros.
A los profanos os recomiendo que veáis a Milwaukee Bucks para entender lo del jugador total de última generación: Es de nacionalidad griega y se llama Giannis Antetokounmpo. Si a mi me dicen hace unos años que lo que él hace se puede hacer y repetir, simplemente no me lo creería. Está el lío ese de los pasos que nos chirrían a los europeos, pero verlo en los Playoffs de la NBA es simplemente alucinante. En el otro extremo me gustaría destacaros el ejemplo contrario, que protagonizó un veterano escolta de lujo como Joe Jhonson, que a sus 35 años mantiene una clase que le permitió erigirse en héroe ofensivo, mientras defendía durante largos periodos a toda una supuesta potencia interior como Blake Griffin, tras perder su equipo en el primer minuto por lesión a Rudy Gobert, pívot titular y estrella defensiva de la liga; y guiar a la combativa franquicia de los Utah Jazz hacia una victoria a domicilio en el reluciente Staples Center de Los Angeles ante unos Clippers de moda, que me molaban muchísimo más cuando eran ese equipo maldito al que nadie quería ir. En resumen, que la pasión de la vida se ve reflejada en estos playoffs y que nunca querríamos que fatalidades como el fallecimiento de la hermana de Isaiah Thomas en vísperas del debut de sus Boston Celtics se produjeran, pero sabemos lo atractivo que resulta para mucho público, porqué sabemos demasiado de lo malo de las personas. Busquemos ahora lo bueno y tratemos entre todos de disfrutar un poco de esta loca vida. Los NBA Playoofs pueden ayudarnos a soñar. Love You all ;)
Me resulta imposible escribir de otra cosa aquí, que no sea de una persona que ha marcado definitivamente mi experiencia para con el baloncesto, en una semana en la que ha anunciado su retirada como jugador de cobro el gran Andrés Nocioni. Me he hecho mayor, siguiendo su trayectoria, desde que llegó a Baskonia siendo un chaval que llegaba desde Argentina junto a otros, para revolucionar un club que creció exponencialmente con ellos, hasta niveles a los que solo se aspira estando condenadamente decidido a romper los moldes del pasado, e impregnar de personalidad la terca realidad de lo preestablecido. Solo con "locos" maravilloso como el "chapulín colorado" entenderemos la realidad del baloncesto de élite.
Fuente: marca.com
A buen seguro, las vueltas que ha dado este chico por el mundo, gracias a su talento en el juego del baloncesto, le han ayudado a forjar su carácter pétreo y sutil, porqué si hay alguien que desde una cancha me ha transmitido la dualidad de la vida, ese es él. Es en su última etapa, al volver a Europa tras declararse deseoso de recuperar sensaciones perdidas, cuando emerge su figura más atractiva para mi. Atrás quedaba la tenacidad del joven, que logra engancharse a un puesto en el equipo europeo más incipiente, cuando la competencia ejercida en él solo dejaba huecos para los que demostraban una capacidad de adaptación a elementos límite, exigidos por un entrenador joven con plenos poderes que había aprendido de la rigurosa escuela balcánica, para lanzar proclamas cinematográficas como "el dolor no existe" que dan una buena imagen de lo que fueron esos años del "duskismo" en Vitoria-Gasteiz. Su etapa NBA nos llegaba en años felizmente superados, en los que valoravamos mucho del talento FIBA por su capacidad para competir en la liga más poderosa. Cuando llegó a una franquicia puntera con un inexperto entrenador, que vio en él la figura que representaba la dureza del que no es el mejor en nada pero todo lo quiere, y ser engullido después por el infame mercadeo que te conduce a ser una figura mediatica mundial del deporte que, paralelamente, te deja con mínimos poderes sobre el desarrollo de tu carrera, para convertirte en ese ejemplar "profesional" que cumple para cobrar. Como tantos y tantos. El sabio "se dejaba llevar" de otro Andrés maravilloso.
Liberado de la rutina anodina, nuestro protagonista decide volver a dónde más se formó como jugador de élite, para llegar a la etapa que más me ha impactado, porqué coincide con la época en la que quiero explicar el baloncesto a mi hijo mayor, y encuentro su juego como el más auténtico. Y nos alegramos, sufrimos, nos cabreamos y hasta reímos con él. Está en el mismo club, pero resulta ser la evidencia más clarividente del cambio continuo de las cosas, no hay partido en el que no compita con todo lo que tiene a mano, viviendo la vida en su plenituz, sabiéndose protagonista de su entorno, para lo bueno y lo malo. Llega con Baskonia a donde lo permiten las circunstancias, y logra que hasta el baskonismo acepte que oiga la llamada de Pablo Laso para unirse al proyecto que, por fin, le ayudará a ganar la euroliga que antes le fue negada, siendo proclamado MVP de las finales, para certificar que se reconoce su figura, por si había alguna duda.
Esta semana ha dicho que lo deja. Seguramente en eso consista hacerse mayor. Dejamos unos cosas, para centrarnos más en otras, aquellas que valoramos tras nuestras experiencias. Andrés ha llevado una carrera que lo ha ayudado ha mejorar y ha sentirse orgulloso de sus actos, con la conciencia tranquila y eso, en los tiempos que corren, es todo un tesoro. Eskerrik asko Andrés, algo tuyo nos ha quedado a todos l@s que te admiramos.
No se vosotr@s, pero yo meto la pata con mucha frecuencia. Tengo la suerte de estar maravillosamente acompañado por personas sin las que estaría cerca de perder el crédito, y a cuenta de una de esas meteduras de pata llevo un tiempo sin poder jugar al baloncesto en grupo y consiguientemente, individualmente; porqué uno pierde el aliciente de prepararse por su cuenta cuando no vislumbra un futuro de encuentros colectivos. Mi error fue no ser consciente de que a nuestras edades tienes que aceptar a tus compañeros tal y como son, sin pretender cambiarles un ápice porqué ya es difícil encontrar jugadores cerca que superen la cuarentena con ganas de seguir jugando mientras el cuerpo aguante, y uno no es nadie para considerarse moralmente mejor.
Tuve un sueño y lo quise llevar demasiado lejos, fui excesivamente pretencioso porqué soñaba con una segunda juventud sin los errores del pasado. Algo así como vivir una segunda vida sin haber muerto. Como amo el baloncesto con todo mi ser, pensé en ayudarme de él para lograrlo y como tuve demasiada prisa, pretendí contagiar de una doctrina de comportamiento a todo aquel que se pusiera a tiro, cuando la realidad es tan perentoria que poco más que el ánimo requiere para sumar adeptos a la causa, sin que pare la maquinaria. No es que vaya a aplaudir a un agresor, ni defender a un violento, pero debo aplacar una sensibilidad extrema que tanto me ha perjudicado a lo largo de la vida, porqué si nada es blanco o negro a mi entender: ¿porqué diantres soy tan puntilloso?
Así que ahora me hayo volviendo a ese running que tanto odié hace bien poco, por pura necesidad de mantener un estado de forma que me permitiera en un hipotético futuro volver a jugar a lo que me gusta y dejarme de patear calles archiconocidas, cuando he provado recientemente las vendiciones de lo que en realidad me gusta. No pretendo decir a nadie que deje de correr, pero admito que yo me divierto infinitamente más jugando al baloncesto y debería haberme medido como requerían las bisoñas circunstancias.
Jamás deberíamos dejar de pedir perdón. Yo ahora lo hago de manera egoistamente interesada, pero que queréis que os diga: No nos queda tanto y minuto perdido va a la basura directamente, así que amigos basketboleros: sed vosotros mismos en la pista, que yo solo quiero jugar y soy tan malo o bueno como l@s demás. Que el destino nos guíe haciendo un futuro en marcha, sin tanto error fuera de las pistas y errando tanto como nos de la gana dentro de ellas.
