viernes, 27 de marzo de 2020

Horacio López Usera

En wikipedia encontraréis su vida deportiva, pero yo aspiro a ir más allá, a dónde los robots no llegan. A ese lugar imaginario dónde las personas nos encontramos sin saberlo. Allí. Al lugar al que queremos llegar hoy sin tener claro quienes somos.

Caserta, 1986. Termina la temporada y en el estío en que la mayoría aprovechamos para descansar el Tato es llamado por su selección uruguaya como tantas y otras veces. Es la estrella indiscutible de su escuadra, y ante la atónita mirada de sus superiores, solicita a su técnico que lo aparte de su equipo. ¿Porqué? Es un hombre sabio. Lo genial es que él no lo sabia, pero en alguna parte del olimpo de l@s deidades ya habían elegido por él.

Fuente: https://es.wikipedia.org





Pregunté recientemente en RRSS por él al Lagarto de la Cruz, que como hombre sabio iverna de las mismas en estos tiempos tumultuosos. Más cuando compartió tantas horas horas con el innovador Chicho Sibilio, que sabe lo que tant@s anhelamos conocer: No dejo que las redes me controlen porqué las controlé desde mi sitio natural y las actuales me generan desconfianza. Nada como pisar un parquet en días de jolgorio para conocer su mensaje. Yo, mientras, tecleo esta historia desde un PC que lamenta el tiempo presente, mientras ansía un futuro con basquetboleros mejores que el aspirante estudiantil que actualmente hace que gobierna España.

Hubiera sido mezquino por mi parte traeros a colación al mismísimo Vince Carter la semana pasada y no arrepentirme a las pocas horas por haberme olvidado de la parte del continente americano que nos es más cercana por mucho que el tío Sam se empeñe en deslumbrarnos con su mentira. Porqué antes de que cualquier junior superdotado del planeta soñase con las luminosas canchas NBA, ya hubo jugadores superlativos que eligieron otros baloncestos para vivir su aventura.

Eran tiempos en los que la liga italiana recibía con fricción a cuanta rocambolesca estrella rota le cayeradel norte de las américas para, con ello, arrancar fervientes tifosi del calcio; más cuando ello le supusiera llegar a esa televisión sin competencia que enganchaba los hogares de la Europa que se empezaba a embriagar de los efluvios del consumo rápido y el ttardíoreconocimiento de su propio ser. Tato llegó y fue líder. Pero líder de los buenos.
Fuente: Twitter




Para saber de su juego es mejor que busquéis sus andanzas en los canales al uso de las redes. Porqué yo ya no me siento capacitado para analizarlo sin medirme a cualquiera sobre el parquet. Será que uno también está llegando al lugar dónde lo vivido se mezcla con lo soñado y solo resiste la añoranza. Deseo que el sur ordene al norte que pierda su razón. Aquella que un día robó y no supo devolver. Aquella que hace que la gran mayoría de los humanos actuales nos aconsejen no seguir nuestro camino nómada más allá de lo que se vislumbra al horizonte, porqué "las gentes del sur son peligrosas".

Hoy Tato puede venir a aconsejarnos sobre su experiencia vital como podemos leer de las múltiples biografías publicadas a su personaje. No son malos tiempos para el caso, porqué sé que el sur es mejor, y ansió el tiempo en que una pelota naranja me ayude a recuperar el camino que los hoy barbilampiños juniors sudamericanos que llegan a nuestros clubes europeos dejan atrás. Porqué si hay una plaga que azota al planeta, esa no es otra que la ignorancia. Porqué...

Solo sé que no sé nada (Sócrates).

Ó... Muerte, has llegado cuando menos te esperaba (Everyman).

Elegid la que os haga más felices. El primero estaba al sur del mundo conocido mientras el segundo está en la vanguardia del nuevo y pujante norte.

Por favor, Tato. Ven y rescátanos. Si no a tod@s...al menos a mi.

Love You all ;)))



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