domingo, 26 de enero de 2020

Debutamos en casa

Y vaya casa, amigos. De lujo asiático. Es un polideportivo de una localidad cercana a la nuestra porqué en mi pueblo la cosa va justita para poder cuadrar partidos y entrenos para 21 equipos que creo que tiene mi club en la actualidad. Además, al estar disputando nuestro torneo de esta temporada en una provincia limítrofe, nos pedían que jugáramos nuestros partidos de locales en dicha provincia, para facilitar la labor de árbitros y asistentes de su federación. Así nos hemos vuelto a plantar a las 9 de la mañana de hoy Domingo a las puertas de un recinto desconocido, del que solo teníamos referencias de un compañero que jugó allí la temporada pasada. Nada que reprochar y todo que agradecer tras la experiencia, por la excelencia de las instalaciones y el material utilizados, creo que solo podemos mejorar ahora que hemos catado el recinto. Eso y que enfrente teníamos un equipo muy bueno, en todos los sentidos; buena gente, con muchas horas de vuelo de juego conjunto y un juego coral de esos que huelen a buen baloncesto. Si es que, al final, eso de la edad avanzada va a ser un chollo para esto del baloncesto.

Foto: UPE Gandia. Fuente: feb.es
El de la foto es Shane Miller, que a sus 45 sigue dando lecciones en liga EBA, además ayuda en la escuela de baloncesto de la ciudad de Gandía, donde también recuerdo a grandes amigos que se dejaban el alma por un club que, como gran parte de los equipos que se profesionalizaron en tiempos económicos mejores, dependía en exceso de un solo mecenas. No es este nuestro caso, que con nueve entregados chavales en calzones y otro par ayudando en tareas de coaching y labores de mesa de juego, se ha plantado en pista y ha hecho lo que ha podido. ¿Que más podemos pedirnos? Yo creo que solo meter más horas jugando juntos y las sinergias de nuestro rival de hoy irán llegando poco a poco, porqué las prisas son malas consejeras a nuestra edad y ya que hoy nadie se ha lesionado, no cabía mejor iniciativa que la de nuestro capitán y su sociedad gastronómica para no faltar  a esos almuerzos que solo un navarro de pura cepa puede preparar, y el resto degustar para seguir contando batallitas de esas que los basketas de cierta edad saben compartir. La felicidad andaba muy cerca de allí.

Ahora intentaremos sumar efectivos porqué no te das cuenta pero, cuando al principio crees que andarás sobrado con 13, no prevés las agendas familiares, laborables y sociales de todos nosotros a la edad que tenemos, y el calendario de la competición te pone en tu lugar.  Cierto es que parece que no nos han llegado aun los partidos con los equipos de mayor edad, y que las horas posteriores a un encuentro como el de hoy siempre te dejan más dudas que certezas baloncestísticas. Solo es seguro que cuantos más seamos será mejor para todos: los que ya atisban nietos, pasando por los padres más bisoños y coronando con esos solteros de oro que, definitivamente, están a otro nivel. Habrá que ir cerrando bolos para la pretemporada del año que viene.

Mañana entrenaremos los que podamos en nuestro gimnasio de culto y empezaremos a pensar en el rival que llega en 15 días, hasta entonces habrá que poner buena cara al mal tiempo porqué anuncian lluvias sobre mojado por aquí. ¿Veis porqué el baloncesto es la pera limonera?

Love You all ;)


lunes, 13 de enero de 2020

El bautizo y los consejos

Ya adelantábamos que los calendarios de torneos de veteranos de baloncesto son más susceptibles de ser cambiados que los de las competiciones federativas al uso. Así, nosotros no íbamos a ser los guapos que se encontraran con una autopista renovada, y fuimos bendecidos con una excursión maravillosa a la ciudad de Lizarra-Estella y su carretera de acceso desde Etxarri Aranaz, pasando por un puerto de Lizarraga, que si es espectacular en verano, en los días de invierno con cielos despejados es simplemente mágico. Así nos plantábamos en el polideportivo local con 1 grado de temperatura y la ilusión de un puñado de adolescentes de cincuentaitantos, arropados por los pre adolescentes de cuarentaitantos, entre los que me incluyo. Vestuario perfecto, pista con parquet y canastas homologadas para ACB; dos árbitros, un mesa que llevaba también el reloj de posesión y otro grupo de veteranos con camisetas amarillas que tenían pinta de ser muy majos, como después me confirmaron.

El intrépido grupo de jovenzuelos se dispone a empezar

Todo idílico hasta aquí, con calentamiento riguroso incluido que me deja chorreando para después quedarme algo frió en el banquillo; entrar en el primer tiempo muerto a comerte el mundo y hacerte un esguince de tobillo en tu primera penetración tras dribling al tratar de esquivar al personal enorme que convertía en minúscula la zona, con su defensa 2-3 mastodóntica por dentro. En fin, que probablemente no habrá nada más natural, pero a uno ahora le deja, si cabe, con más ganas de resarcirse en el próximo encuentro, siempre que la arcilla verde cumpla con sus deberes y me baje la monstruosa inflamación que tengo en mi pié izquierdo, para poder empezar a hacer bici en una semana y pueda dar unos minutillos de ayuda al equipo en un partido que será en quince días. Dicho lo cual os podéis imaginar cuales serán los consejos, supongo.

Yo creo que en el baloncesto uno debe dejar que el juego le llegue, sin forzar las cosas; justo lo que yo no hice ayer. Me pudo la adrenalina del momento y que me gusta empezar a anotar pronto, cuando estoy más fresco. Groso error a nuestras edades. Debes de coger la temperatura a la cancha desde dentro, medir las envergaduras y velocidades del personal con respecto a ti y buscar a los compañeros hasta que tengas claro donde estás y lo fácil de tu objetivo. La verdad es que jugar con reloj de posesión cambia el juego totalmente y no sobran los vendajes de tobillos, o cualquier otra parte débil que tengamos o hayamos tenido en el pasado, como es mi caso. Conozco las muletas y sus movimientos como propios por los meses que me acompañaron durante mi juventud real  y aprovecharé para fortalecer brazos como pueda y poner buenos bloqueos a mis amigos, porqué si hay algo que me queda claro a estas alturas, es que en una cancha de baloncesto durante un partido hay tantas cosas que hacer que la estadística jamás podrá medirlo. Cuidemos nuestro equipo y tendremos tantas oportunidades como nos merezcamos. La vida es bella y jugando al basket más.

Love You all ;)


sábado, 4 de enero de 2020

Debut

En ocho días debutamos en la localidad navarra de Olatz, en el precioso polideportivo con pista de madera ideal para las magulladas articulaciones de trece veteranos con mucha ilusión y poca preparación. Será el día 12 a las 10 de la mañana si no recibimos cambios de última hora inesperados. Al lado otro grupo de cuarentones y cincuentones desconocido, que juega de azul mientras nosotros no sabemos de que color lo haremos. El nuestro es el naranja pero las equipaciones tardan en llegar y probablemente, nuestro club nos tenga que prestar algunas viejas de color gris. No hay problema porqué algo sí que hemos aprendido.

Fuente: diariovasco.com


Hace treinta años que jugué un partido oficial por última vez. Treinta años de observación, análisis, crítica y ponzoña. Mucha ponzoña. Espero y deseo que este redebut me enseñe algo fundamental: el deporte es para disfrutar, no para joder al resto y, si no lo has entendido: que te den por el culo sin amor y sin lubricación. Ni el satisfaicer te prestaba, amigo.

Parece básico pero no lo es. Es difícil. Muy difícil. Porqué cuando la bola naranja vuela por primera vez en partido oficial tras tanto tiempo, corres el peligro de lesionarte y solo lo evitarán la adrenalina y las horas de vuelo incontables y siempre insuficientes. Es fundamental rodearte de jente experta en estas lides, con nervios de acero y gran templanza a la hora de acariciar la bola, porqué sin tacto, simplemente es imposible jugar al baloncesto. Y más hoy en día.

Ya os contaré. Esa es la idea. Recuperar mi blog personal para ir contándoos nuestras andanzas el la liga de veteranos de la Federación Navarra de Baloncesto. Je, je...No sufráis que ya lo haremos nosotros. Para el debut estamos ocho: Javi, Aritz, Sergio, Jokin, Edu, Patxi, Joselu y el inimitable y adorable Javier Iraola. Nada queda de las vueltas que el tiempo nos dio, pero no todo se fue con el huracán, afortunadamente.

I love You all.