sábado, 7 de abril de 2018

Atlantic Division

Resulta poco menos que exótico para un fan de la Atlantic Division de la NBA como Yo encontrase con una clasificación global de la conferencia Este como la que tenemos ahora mismo, con tres de sus franquicias miembro a la cabeza de la misma. Más cuando la primera es la canadiense, que suplanta al poder clásico de los desaparecidos Knickerbockers, para dejar huérfanos de rivalidad a los grandes Celtics y mis Seventysixers de Philadelphia. De cuyo partido pretérito ante los Cavaliers de Cleveland me dispongo a escribir las reflexiones que siguen:

Fuente: http://www.pressofatlanticcity.com


He de comenzar advirtiendo que cualquier espectador que no se quite las gafas de árbitro europeo con las que ve los partidos de su equipo favorito a este lado del charco, jamás podrá disfrutar con el espectáculo que supone hoy por hoy la mayor liga del planeta de nuestro deporte favorito. Porqué reconozco que me irritan la inexistencia de los pasos de salida que influyen en las ventajas del atacante tanto como la inexistencia de falta de ataque sistemática de la mayoría de empujones con la que los atacantes se quitan de encima a los expuestos defensores que son penalizados, cuando más, con el típico moratón con el que muchos de mis amigos de los jueves se marchan a casa, porqué sabemos sobradamente que el baloncesto es un deporte de contacto, y resulta mucho más vistoso de este modo.

No hay duda de que las reglas de la NBA se van a terminar por imponer a las del baloncesto FIBA por pura lógica mercantil. Resulta infinitamente más atractivo para el espectador televisivo este juego sobrehumano con las licencias que el arbitraje USA permite en y por el desarrollo de la acción, cuando la liga compite por ganar el negocio a la batería de compañías que producen el producto de consumo habitual en la mayoría de los hogares del mundo consumista actual: Las series de TV y el dichoso fútbol en el resto del planeta.

Y lo mejor de todo es que el conocimiento de estos hechos no han podido evitar que lo flipe con la victoria de los Sixers de Simmons de ayer contra los Cavs del todopoderoso King James. Más cuando el maestro Brown, discípulo aventajado del irrepetible Popovich, ha conseguido lograrlo sin su teórico jugador franquicia, en la figura de Joel Embiid. Pero es que, con las facultades atléticas obtenidas en el tiempo presente gracias a la ciencia y sus usos y costumbres; además de rodear de tiradores como Redick, Bellinelli, Covingtong o Ilyasova al mago Ben Simmons, para ampliar el campo hasta dónde las lineas te permiten, es demostrar que pocos te aventajan en el entendimiento de las claves de la victoria en la liga. Más, cuando la recuperación del gigante camerunés apuntaría a cubrir el agujero defensivo que se produce con los aclarados ofensivos que se dan con la regla de la defensa ilegal cuando enfrente tienes a la culminación del jugador que más y mejor se puede beneficiar del mismo: Lebron James. Tal y como demostró ayer en el intento de remontada iniciada tras la comilona general que se da en los pabellones NBA tras tiempo de descanso y hora de cena larga, que tanto se nota en la presión ejercida por la grada, cuando esta se ve sustituida por sonidos de sorbos y jantar. Y es que en eso también se van a terminar por imponer por lo que me viene pareciendo en mis visitas a pabellones locales. Porqué como visitante hay que saber aprovechar tus momentos, ya que todo suma...o resta.

Y love You all ;))

No hay comentarios:

Publicar un comentario