El fin de semana pasado quedé en shock cuando supe el fatal desenlace de los acontecimientos padecidos por un jugador de baloncesto que, supongo, estaba en plena vorágine de una persecución de un sueño que un día fue y cuya culminación jamás vio más cerca. Tyler Honeycutt era uno más de esos "free agents" del mercado baloncestístico mundial que deben lidiar con agentes con el corazón de un cocodrilo y exigentes sesiones de entrenamientos privados de máxima dureza con aquellos que valorarán su futuro profesional más inmediato. Seguro que todo no es así, pero el camino que llevó a Lebron James á formar como agente de deportistas profesionales a un amigo tampoco se parece al que han vivido la inmensa mayoría; y para el Verano que viene se prepara la maximización del mercadeo deportivo-humano en nuestro baloncesto querido, con más de 200 jugadores que se encontrarán en la situación profesional en la que estaba Tyler durante este mes de Julio.
Fuente: https://www.slamonline.com
Esos chicos de la foto son un claro ejemplo de lo que comento. El que abre su gran bocaza tuvo una oferta de 70 millones de dólares hace un año y cometió una cadena de errores profesionales que le dejan en la obligación de aceptar un contrato de una temporada por el mínimo porqué un entrenador le dice que lo utilizará como sabe que va a rendir eficientemente. Se llama Nerlens Noel y es un jugador defensivo con demasiadas carencias ofensivas. De lo que haga durante un año dependerá si alguna vez en su vida vuelve a recibir una oferta del calibre de la que recibió.
El chico del centro de la foto se llama Jason Terry y es un veterano que ya solo aspira a ir decidiendo año a año porqué se sabe poseedor de la calidad ofensiva que siempre le hará interesante para determinados equipos con altas aspiraciones, aunque sea con contratos temporales que le permitan mantener la ilusión de seguir dándole caña al cuerpo para alcanzar el estado de forma que le hace ser competitivo en el deporte de cobro. Pero el que está a su izquierda mostrando su dentadura es un caso bastante similar al de Noel: Se llama Isiah Thomas, mide 1,75 metros de altura y hace dos temporadas maravilló al mundo gracias a un entrenador que sacó de él lo mejor que lleva dentro. Después se lesionó, fue traspasado al equipo de Lebron y de allí a los dorados Lakers de Los Ángeles, donde solo pudo mostrar flashes de lo ofrecido durante la temporada anterior con los Celtics de Boston. Ahora acaba de firmar por el mínimo y una temporada porqué otro entrenador al que conoce de etapas anteriores en la NBA le ha ofrecido lo mismo que otro ofreció a Nerlens, con lo que se sumará a la legión de aspirantes de gran contrato que habrá en 2019 con 31 años y la esperanza de firmar ese último gran contrato que se sueña a esas edades en la gran liga.
Les deseo suerte porqué la van a necesitar, con el talento no les va a servir y la locomotora no va a parar para que ellos suban placidamente. Because the show must go on.
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